Con este antiquísimo himno de alto contenido cristológico y mariano, fuimos recorriendo los episodios del Evangelio de la infancia (parte histórica):  anunciación, encarnación, visitación, nacimiento de Jesús en Belén, adoración de los pastores y los magos, huida a Egipto y presentación en el templo, junto con los misterios de la Madre de Dios (parte dogmática): su maternidad, su virginidad, el misterio de la Virgen Madre, su lugar en la Iglesia, el simbolismo de su maternidad como fuente de los misterios de la Iglesia y su protección sobre todos los fieles.

La belleza del himno, la proclamación de las verdades de nuestra fe e historia de salvación a través del canto, la cercanía de la imagen de nuestra Señora de las Virtudes y Buen Suceso y el marco litúrgico de la capilla, fueron plataforma para la contemplación del misterio del amor de Dios hacia su criatura, realizadas en y por medio de María. En esta tarde, una vez más, constatamos que la oración se hace canto y el canto se hace oración para rendir gloria a Dios:

¡Salve, del hombre con Dios confianza!                                                                                                                                        ¡Salve, nos muestras a Cristo, el Señor y el Amigo!

Os compartimos algunas fotos de la celebración y el video completo: