Santa Ángela Foligno, terciaria franciscana, mística y escritora medieval, en su biografía “Libro de la vida”, relata que:

“Nadie se salva sin la luz de Dios; por lo cual, con la luz divina se comienza, continúa y alcanza el ápice de la perfección. Por tanto, ora si quieres comenzar y tener esta luz divina. Ora, si has comenzado a aprovechar y quieres que aumente esta luz. Si has llegado ya a la cima de la perfección y quieres tener luz sobreabundante para que puedas permanecer en ella, ora. Si quieres fe, ora. Si quieres esperanza, ora. Si quieres caridad, ora. Si quieres obediencia, ora. Si quieres castidad, ora. Si quieres humildad, ora. Si quieres mansedumbre, ora. Si quieres fortaleza, ora. Si quieres tener alguna virtud, ora.

Y ora de este modo, leyendo en el libro de la vida, que es la vida de Jesucristo Dios-hombre, hecho pobreza, dolor, desprecio y obediencia verdadera”.

Por lo tanto, secundando el consejo de san Pablo a los cristianos de Filipos, os invitamos a que en estos momentos de incertidumbre, impaciencia, preocupación e inquietud, descansemos todo en el Señor por medio de la oración hecha relación filial con el Padre, por medio de su Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo.

“En toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Flp)